
Te preguntarás para que debo entrenar con disciplina. Primeramente, por amor del evangelio, para ser partícipe de él, como dice la palabra en 1 Corintios 9:23 LBLA. Es común que algunos hombres quieran vivir en independencia y superioridad de Dios. Esa independencia y superioridad matizada por algunos hombres vendría siendo orgullo. Posterior a la conversión es muy bonito hallarse gozoso, sabiendo “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios RVR 1960. Desafortunadamente a veces esto suele durar muy poco. Es por esta razón que debes mirar tu intencionalidad, el andar cristiano es algo que no podemos descuidar, ni tan siquiera dejar de ser intencionales. Por el contrario, debemos atender este asunto como una carrera para la cual debemos entrenar con disciplina, corriendo sin meta como dice el apóstol Pablo, para recibir una corona incorruptible y no una corruptible. El valor infinito de conocer a Cristo, enfatiza la necesidad de enfoque, determinación y perseverancia a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fuimos alcanzados por Cristo Jesús, olvidando lo que queda atrás, siguiendo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús, como dice la palabra en Filipenses 3: 11-12 LBLA. Es por eso que te insto a ti y a todos a pelear la buena batalla, terminar la carrera, guardar la fe, para que en un futuro el Señor, el juez Justo, nos entregue en aquel día la corona reservada de justicia como dice su palabra en 2 Timoteo 4: 7-8. Son muchas las bendiciones por las que cada día debemos estar agradecidos. Por último, recuerda “La Biblia nos ofrece tres enfoques o metáforas que nos enseñan qué es la vida desde la perspectiva de Dios. La vida es una prueba, un fideicomiso y una asignación temporal.” Rick Warren.